sábado, 2 de abril de 2011

Canillejas, el último Fortín de Patriotas




Todas las crónicas sobre actos y manifestaciones suelen girar alrededor del número de asistentes, lemas coreados, pancartas exhibidas, discursos de los oradores y vicisitudes varias. Se desata un desaforado intento de los organizadores por inflar y magnificar todo lo que acontece. Pero en pocas se narra todo el trabajo previo necesario para que un evento de estas características se desarrolle con la dignidad y calidad que requiere.











Nosotros acompañamos esta crónica con un amplio reportaje fotográfico, así que queremos dar testimonio de todas las labores que preceden a nuestra manifestación.

















Una vez solicitada la manifestación ante la Delegación del Gobierno, el Partido comienza a trabajar de manera coordinada. El equipo jurídico se pone en alerta ante el más que previsible intento de la Delegación de prohibir nuestra manifestación. La Delegación volvió a la carga con su prevaricador proceder y nuevamente a ser derrotada en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid por nuestro eficiente abogado.











El equipo económico se lanza a recaudar fondos para hacer frente a los gastos de propaganda, material, procurador, etc. Una vez más, nuestro camarada y benefactor Pepe se hizo cargo del grueso de los gastos sin pedir nada a cambio, todo un modelo de desinterés y colaboración. El equipo de diseñadores afila su imaginación y buen gusto a la hora de confeccionar el cartel, pancartas, material diverso y video promocional.






Y finalmente, el sábado es cuando recogemos los frutos de todos nuestros esfuerzos y nuestra voz retumba en las calles. Es momento de reencuentros con camaradas veteranos e ilustres, de observar con emoción a jóvenes madres patriotas con sus pequeños en carritos, de ver a manifestantes que no conoces de nada y que en sus ojos denotan la emoción de asistir a su primera demostración nacional revolucionaria. Es cuando comprobamos que los vecinos, por mucho que el Sistema se empeñe, no se asustan ante nuestros mensajes y desde las aceras, sus terrazas o ventanas, a nuestro paso, asienten afirmativamente a nuestras reivindicaciones.







Esta crónica es un pequeño y humilde reconocimiento a toda la gente que trabaja y derrocha su ilusión por unas ideas nobles como las nuestras. Desde el camarada que solicita el acto, pasando por quienes colaboran económicamente, al abogado que pleitea, a los diseñadores y a todos los jóvenes que han repartido la propaganda, al Frente Nacional por apoyar la convocatoria y a quienes se desplazaron desde Badajoz y Ciudad Real para estar junto a nosotros. También a quienes, militando o sin militar en el MSR, nos apoyan con su presencia y confianza